Es posible adecuar la iluminación de una o varias luminarias dentro de un mismo espacio. Así, por ejemplo, se puede adaptar las características de la luz al ciclo circadiano, escogiendo por ej. una temperatura de color que estimule por la mañana y calme por la noche, crear grupos de luminarias para alcanzar un mayor ahorro energético, generar escenas para una ambientación específica; todo ello con la posibilidad de incorporar sensores para recibir información de lo que sucede en el ambiente y actuar sobre él.
Con la tecnología de la conectividad se traspasa la barrera física de los espacios, logrando controlar cualquier instalación desde cualquier otro punto remoto. La evolución de la tecnología abre la posibilidad de recopilar datos útiles e información detallada sobre el consumo energético, las horas de ocupación de las diferentes áreas. Además, esta tecnología permite conocer el estado y la durabilidad de las luminarias, detectar incidencias y realizar revisiones de los equipos e instalaciones con el fin de garantizar un buen funcionamiento y conservación futuro.
En consecuencia, esta tecnología permite detectar oportunidades y tomar decisiones más estratégicas y eficientes.